El gran apagón
Por: Juan Carlos Pérez Terán
Al momento de estar ideando el tema para mi blog sucedió lo que para algunos representó una verdadera tragedia, y para otros no fue más que la oportunidad para desconectarnos y concentrarnos un poco más de los 3 minutos que normalmente lo podemos hacer sin interrupciones y distracciones.
El cuento fue: La caída de WhatsApp, Facebook e Instagram por más de 6 horas.
Después de leer todas las teorías conspiracionales sobre las supuestas razones de la caída, no queda más que quedarnos con la versión que más nos convenza, o la que más nos convenga. De cualquier forma traigo a colación el tema porque finalmente hubo silencio. Para algunos fue un descanso, para otros fue una verdadera angustia; no recibir informes de la oficina, la orden de compra del cliente, confirmación del pago, actualización del estado de salud de algún familiar, etc.
Nos dimos cuenta de lo encadenados que estamos de la tecnología, pero también algunos recordamos cómo era vivir sin esas herramientas y, recordamos que no se acaba el mundo.
Sin embargo, porque siempre hay un “sin embargo”, en el ámbito empresarial, una caída en los sistemas de información puede representar perder una oportunidad de venta y, con ello, perder competitividad, perder productividad y, hasta un impacto en la rentabilidad. Para muestra basta un botón, las acciones de Facebook cayeron solo 6 mil millones de dólares.
Para la empresa de Mark Zuckerberg el impacto es grande porque está en un mercado que atiende por igual consumidores finales para la interacción, las compras y el consumo de publicidad, pero también al mercado empresarial que paga mucho dinero por publicidad segmentada. Todo gira en torno a eso.
Cada empresa tiene sus necesidades, pero todas, todas requieren de conectividad entre sus colaboradores, con clientes y proveedores.
Los sistemas de cómputo están dirigidos cada vez más hacia lo que hace ya varios años se denomina la alta disponibilidad.
Pero no entremos en tecnicismos. Solo dejo un par de conceptos para reflexionar:
¿Qué sucedería si el sistema "core" de nuestro lugar de trabajo quedara inservible: el punto de venta; la facturación; la nómina; hasta el correo electrónico sin el cual no recibimos notificaciones; o el sistema de comunicación con el que se mantienen ciertos procesos vitales para algunos pacientes en hospitales?
¿Qué significaría para nosotros que los de enfrente logren de pronto lo mismo pero más rápido, mejor y más barato.
La llegada de los sistemas en la nube, lo denominado "como un servicio" ha revolucionado la forma en que las personas y las organizaciones en general trabajamos, y quienes no evolucionen quedarán a merced de su voraz competencia, sea cual sea el giro y mercado en el que estemos.
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