Meditando en el tráfico.

Hoy fue uno de esos días que tuve que hacer un recorrido que hace mucho tiempo no hacía. No había caído en cuenta del tiempo que uno pasa en el coche; 1 hora y 10 minutos en un tramo de aproximadamente 25 kms… peor la gente que no tiene el beneficio de tener un automóvil y se mueve en transporte público.

Recuerdo que alguna vez tuve una colaboradora que recorría los mismos 25 kms aproximadamente, pero en transporte público y desde una zona lejana a la oficina donde laborábamos. En algunas ocasiones llegaba a hacer hasta 2 horas 45 minutos a causa de un descompuesto, un accidente, una obra vial, un semáforo descompuesto, una “ligera” lluvia, o cualquier situación que altere el flujo constante del tráfico. Ese dato, al menos para mi, me parece inconcebible.

Según CNN (http://www.cnnexpansion.com/mi-carrera/2012/10/11/te-estresa-ir-a-tu-trabajo), el tiempo promedio de estar atorado en el tráfico en México es de 36 minutos, dato que ahora me parece corto. Y según “Alto Nivel” (http://www.altonivel.com.mx/23218-trafico-un-problema-que-molesta-y-cuesta.html) el costo de 3.3 millones de horas laborables perdidas en el tráfico es de aproximadamente 2,500 millones de dólares anualmente.

Pues si bien, hoy pasé tanto tiempo en el tráfico, me dio tiempo de ver a mi alrededor y pensar un poco, tecnológicamente, sobre las posibilidades que hoy tenemos para disminuir el tiempo “muerto” que tenemos en el tráfico, además del stress, daños a la salud y demás.

La tecnología nos permite el trabajo a distancia. Home Office, Telepresencia, Oficina Virtual son algunos conceptos que han venido surgiendo desde hace ya algunos años, sin embargo, ninguno ha consolidado su presencia hasta este momento y, aparentemente, nadie sabe la razón.

Un trabajo de telepresencia (por englobar en un solo término a todo el concepto) no consiste solo de darle al colaborador una laptop y un enlace a internet; el concepto conlleva una serie de pasos iniciando por la definición de la estrategia, los alcances, el monto de inversión y los objetivos perfectamente medibles y cuantificables.

Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el concepto de telepresencia es la cuestión cultural. Las empresas mantienen niveles gerenciales y directivos que hoy siguen autorizando mediante firma tradicional y no digital; a los empleados se les sigue midiendo por la hora de entrada y no por el cumplimiento de objetivos; los procesos operativos siguen requiriendo de la presencia de las personas.

Un cambio hacia la oficina virtual requiere un cambio cultural como un gran primer paso. Lo siguiente tendría que ser el cambio del tipo de medición del trabajo de las personas. Un trabajo medido por objetivos perfectamente definidos es esencial. La reingeniería de procesos eliminando todo lo que requiere presencia física y documentos tradicionales es la plataforma para entrar con la evolución tecnológica, y, finalmente, hacer un minucioso análisis de las áreas que podrán entrar en este esquema. No todos los departamentos, ni todos los procesos son susceptibles de ser migrados a esta forma de trabajo al inicio.

La inversión en términos de tiempo de las personas y recursos económicos no es cuestión menor, quizá estas son la razones de que las empresas no consideren la oficina virtual como factor de optimización y eficiencia tecnológica.

Regresando al punto del tráfico, también medité sobre la inversión que recientemente se hizo en el 2do piso del periférico, Viaducto Bicentenario y Autopista Urbana Norte. Si el gobierno hubiera destinado los mismos recursos económicos a incentivar el concepto de oficinas virtuales en las empresas mediante disminución en la carga arancelaria y demás herramientas, tal vez seríamos más eficientes, más tecnológicos, más sanos y con mejor “ambiente laboral”.